De los pocos textos de prosa de Gonzalo, este es el más íntimo. Lo escribió al poco tiempo de llegar al DF. A pesar de su brevedad, toca lo fundamental del cuestionamiento existencial que definió a Gonzalo a partir de esos años.
cuesta mucho llegar a humanizarse del todo como ser
hay pocos que estén dispuestos a pagar el precio para iluminarse
uno debe abandonar del todo la búsqueda de la seguridad y llegar a tomar el riesgo de usar las manos para vivir.
uno debe abrazar el mundo como un amante y aceptar el dolor como condición existencial, exponiéndose al peligro de la duda y oscuridad como precio de aprendizaje
necesitamos una terca voluntad en conflicto pero siempre aptos para la total aceptación de todas y cada una de las consecuencias del vivir y morir.
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