Hojas sueltas
Además de los tres cuadernos que Gonzalo organizó, quedaron muchos otros versos en hojas sueltas de diverso color y tamaño; hojas que aparecían en un cajón, en una libreta, en una tarjeta dentro de un libro, en fin… papeles que se me fueron apareciendo conforme resolvía yo que hacer con esa ausencia.
De esos papeles son los textos en prosa y algunos versos más largos. Posiblemente porque -en su mayoría- se alejaban de los haikús que perseguía Gonzalo, fue que decidió dejarlos para otro momento (¿otro libro?). Son escritos que hablan de muchas cosas y nos abren puertas al Gonzalo de lo cotidiano, de aquello que, siendo aparentemente trivial, en realidad es esencial para definirnos.