Este ensayo fotográfico revive a un querido amigo: Pepe Ruiz. Pintor, hombre sensible y rebelde; cariñoso e irreverente. Siempre ávido de charlar, disfrutaba cuando la plática llevaba a un debate de ideas diferentes. El querido Pepe Ruiz fue un amigo que nutrió el espíritu de Gonzalo y sus amigos del grupo Siglo XXI como relata Edmundo Font en la primera parte de un artículo editado en 2008.
Pepe Ruiz tuvo un taller de carpintería durante unos años en Amacuzac, un pequeño pueblo del estado de Morelos. En ese taller tomó Gonzalo las dos últimas fotos de este ensayo fotográfico que nos muestra muchas de sus expresiones; algunas cercanas, otras ausentes.
Mientras vivió en Amacuzac Pepe Ruiz nos visitaba con frecuencia porque decía que se aburría pero, por sus charlas, se veía que también disfrutaba del contacto con la gente que acudía a su taller para solicitarle arreglos o algún mueble sencillo. Entre trabajo y trabajo, se dedicó un tiempo a hacer un precioso mueble con puertas de tejamanil entrelazado que nos regaló con gran orgullo pero, sobre todo, cariño. Era tan hermoso ese trastero que le asignamos el sitio de honor en nuestro comedor y durante muchos años fue guarida de la vajilla, los jarrones, los cubiertos. Es increíble que todavía no he encontrado una fotografía del mueble… quizás aparezca un día de éstos ente los negativos o llegue a este Crisol de Palabras desde algún amigo que haya visitado la casa y tenga una imagen de ese tesoro.
De todas formas, para que conozcan aunque sea un fragmento de la obra de Pepe Ruiz, aquí agrego una imagen de otro regalo que nos hizo. Se trata de un cuadro que pintó de un pequeño trozo de selva que todavía quedaba en aquellos años en Pueblo Viejo, Veracruz.
Malena says
Gracias por los recuerdos compartidos.
Dulce sabor de boca y
olor de café.
crisol says
Mhhh, ¡ese aroma! recién molidito y sazonado con mucho cariño.
Gracias por pasar de visita.