De la serie de estudios que Gonzalo hizo a gente amiga que pasaba por el departamento de la calle de Hamburgo, el de “la Pancha” (Françoise Bardinet) rompió todos los cánones desde el momento en que ella puso como condición pintarse la cara para las fotografías. Difícil saber si la pintura hizo de máscara, o al contrario, quizás nos develó a una poco conocida Pancha despojada de su habitual silencio.
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