Las frecuentes marchas desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo en la Ciudad de México siempre fascinaron a Gonzalo. Durante sus primeros años en la ciudad era tan sencillo como tomar la cámara y caminar la cuadra que le separaba del Paseo de la Reforma.
La tarde que tomó estas fotos acababa de llover. Siguió la marcha hasta el Hemiciclo a Juárez en la Alameda y dio entrada también a imágenes de gente en el parque, ancianas y niños que miraban atentos lo que sucedía en la avenida o simplemente jugaban, indiferentes a las búsquedas y sueños de los otros.
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