Apuntes para una biografía
Gonzalo fue, sobretodo, un hombre de gran sensibilidad; de esa raíz surgían su solidaridad, su generosidad y su capacidad de indignación. También era cardinalmente honesto y por eso, cuando se comprometía con algo, lo hacía hasta las últimas consecuencias. Su manera de relacionarse con la gente solía ir envuelta de una gran empatía y siempre estuvo enamorado del amor.
La misma sensibilidad que lo hacía un hombre extraordinario, también le hizo muy difícil sobrellevar la muerte; primero de su padre, después de su querido amigo Rodrigo. Poco sabía hacer Gonzalo con tanto dolor y fueron tiempos de sostener el timón con fuerza mientras lograba volver a poner sus pies en la nueva realidad mutilada.
Su generosidad era sinónimo de tener siempre las puertas de casa abiertas para quien necesitara apoyo, música o un poco de ron. Si por alguna circunstancia el amigo necesitaba prolongar su estancia, quedaba inmediatamente acreditado como “agregado cultural”.
La honestidad consigo mismo obligaba a Gonzalo a ser consciente de sus propias limitaciones pero su desparpajada picardía lo disimulaba muy bien. Por lo mismo, elegía mentir cuando estaba convencido de que la verdad haría mas daño que la mentira. Como nos pasa a todos, a veces se equivocaba.
Mas allá de esto que les digo, es la obra que llenará este Crisol de Palabras la que les mostrará que Gonzalo fue un hombre extraordinario que se construyó a si mismo con materiales ordinarios. Quienes lo hayan conocido podrán sumar esta obra a lo que evoquen de él y hacer de su recuerdo lo que sus afectos quieran trazar.
En mi memoria de los años nuestros, Gonzalo fue un bosque, con muchos rincones, colores y matices.
Tus palabras antiguas
renacen nuevos significados:
mucho más eras
de quien entonces reconocí en ti;
mucho más percibiste en mí
de quien yo era entonces.