Los años que vivimos en el departamento de la calle de Hamburgo fueron los que dedicó más tiempo Gonzalo a pintar con acrílico. Curioso que ahora que les platico esto me doy cuenta de que su obra de tinta china la hizo casi toda después, cuando nos mudamos al sur de la ciudad.
Estas obras que he reunido en la galería tienen diferentes texturas que Gonzalo obtenía del acrílico a base de empalmar dos cartulinas. Las texturas que más me gustaron siempre son esas que forman pequeños cauces en relieve, como si se tratase de cañadas en una montaña o esos rastros que deja el agua del mar donde la arena es tan fina que parece limo. Lástima que ésto no se aprecia bien en todas las imágenes digitales.
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