En estos días se cumplen 33 años de la muerte del Rodrigo y su compañera, Francoise (a quien Juan Antonio, hermano de Gonzalo, llamó la Pancha como todo mundo empezó a decirle).
Tanto como demoró en llegar la obra de Gonzalo a este espacio abierto y público, ha demorado en llegar algo del material que heredé sobre el Rodrigo. Lo hago ahora que se acerca el 19 de septiembre de 2018 con tres variantes de un mismo cariño:
Aquí, este texto de Gonzalo en prosa, escrito en Tampico cuando llevó el cuerpo del Rodrigo, recuperado de las ruinas del edificio derrumbado, para que su familia lo pudiera enterrar.
En la sección de Fotógrafo, verán una pequeña serie que Gonzalo tomó del Rodrigo y en Músico escucharán dos audios de ensayos e improvisaciones que solían hacer cuando preparaban juntos un concierto.
‘tons qué mi loco
‘tons qué mi loco
Me piden que escriba sobre ti Rodrigo, fácil ¿no? justo trato de lavarme tu imagen de entre los escombros, tu historia entre piedra y polvos. la gente cuenta que cuando uno está muriendo ve su vida como una veloz película, algo así nos está pasando a tus amigos, nos toman por asalto tus imágenes, muriendo un poco contigo.
Me acuerdo de lo práctico que era vivir atrás del tec. en tampico, cómo matábamos la aburrición de la prepa teniendo tan a mano tu covacha y dentro el estéreo con los discos que traías de fayuca cultural allende brownsville. y siguen las imágenes de las rocanrolas en los happenings en el rancho del freddy Armstrong, ya sembrabas inquietud en la raza. Aquella canción en que preguntabas que cuántas clases de jabón habría que fabricar para lavar la miseria, la injusticia y el desamor y se lo preguntabas al presidente desde aquel auditorio de los cañeros del ingenio de Xicoténcatl, Tam. y la gente de pie y cantando y acompañando con las palmas. fue un domingo, te acuerdas, la “Julia” nuevita nos sacó de ahí para dejarnos en el zócalo de Cd. Mante y justo a la hora del paseo dominical de las familias de buenas costumbres y negocios en flor. ¡esa vez fue tocata y fuga!
Recuerdo las tardes aquellas en que sentados en una barda de la casa del chaquito, en abby Road alias calle naranjo, esperábamos la hora de ir a despedir el día y ver al sol hundirse en la laguna del Chairel.
fue rápida la decisión de venirte a México, aquella mañana playera, rociada con unos vinitos, y aterrizaste por esta vieja Ciudad de hierro y empezaron los conciertos callejeros afuerita de la casa del lago, pa’ sostener los estudios, decías, difícil oficio de anartista autodidacta. y de esas tocadas sacamos para comprar cuerdas pal concierto de la Sala ponce con el Benítez, oliverio y el pablito.
fue en el depa de Hamburgo donde empezaste la producción más pesada, diario tirabas rolas y cuadros, puro aceite; y después de darle por horas a la lira, te quedabas viendo a aquella escultura que hiciste, la de Mister tic toc, con fierritos plastilina y un reloj, y decías que nos susurraba: arrepiéntete arlequín y era la hora del ron havana.
luego te fuiste a pintar bardas con la chochina en la cuauhtémoc, la empaisajaron completita con tus garabatos. era la época de las caminatas nocturnas chela en mano, y si la tira trataba de apañarte sólo te reías explicando lo saludable que era la levadura y acababan invitando las otras.
no, mi loco, de plano ahí le paro, todo me suena hueco. Agarra la onda de que nomás estoy tirando aceite, puro rollo. total, como dices en la historia del hombre muerto, “no pregunten en las revistas pero si en tu pensamiento”. por eso mejor me iré a la playa para reencontrarte en una jam session con la raza, a ver si así desafano estos dolores.
gonzalo rodríguez gonzález
tampico, tamaulipas
septiembre, 1985
Felipe Cabello Zúñiga says
Es algo realmente sorprendente, escuchar o leer a Rodrigo y Gonzalo. Todos pensaban que ya no había mas de ellos, pero las sorpresas llegan. Gracias por compartirnos este material. Saludos y muchas felicidades por el sitio.
crisol says
No es mucho en realidad pero fueron unos pocos años muy importantes en sus vidas. Gracias por la felicitación Felipe y por seguir siendo fiel seguidor de este Crisol de Palabras.
Genoveva Gonzalez Guzman says
Ups, Allmas gemelas Gonzalo Rodriguez y mi Rodrigo González, nuestros amores. Si Grandes expresiones Diferentes pero con la Bandera del Amor y la Justicia.
Gracias querida Nuri. Muchas Gracias…Genoveva
crisol says
Un gusto Veva, que pases por acá. Abrazo.
Ruy Girard says
Varias veces tocamos juntos en las escaleras de entrada al Tec de Tampico.Lo recuerdo, siempre con su guitarra y su inseparable armónica.Ya entonces le decíamis Rodrigo Dylan.Me vine a estudiar Biología a la UNAM y un día por la noche andaba con otro amigo tampiqueño y fuimos a escuchar jazz a un lugar en Av.Revolución enfrente del mercado de las flores,y ahí nos encontramos a Rodrigo,estaba con su novia ,francesa si mal no recuerdo,platicamos un rato y quedamos en vernos para tocar.Nunca nos vimos y fué hasta el temblor de 1985 que viendo las noticias,me entere de su muerte y de lo conocido que era dn el ambiente musical urbano.
crisol says
¡Que padre testimonio Ruy! Gracias por compartirlo. En efecto, ese bar, que se llama Nueva Orleans, era un sitio al que nos gustaba ir, pero sólo se podía cuando había algún dinero extra. Saludos.