Algo sencillo y breve de la prosa de Gonzalo para animar tiempos difíciles.
Nuevo día
Es una de esas raras tardes de las que poco se disfruta en una ciudad como ésta. La temperatura es fresca, se respira una quietud sólo interrumpida, o mejor dicho, acompañada por ríos de pájaros que, traviesos, hacen mil piruetas en el aire, unos tras otros y como risas, su escandalera se escurre hasta la pluma con que escribo.
Será que el otoño los llena de júbilo o acaso mi estado de ánimo me permite observar el vigor con que retozan. No sé, son de esas incógnitas que por bellas permanecen así nada más y nos basta.
Deja un comentario