Cinco hojas solamente:
– La primera, dedicada al querido amigo Edmundo Font a raíz de la publicación de su libro de poemas: Guernica. Con ese sentido del humor franco y desparpajado que mostraba Gonzalo a quienes más quería.
– La segunda es de la abuela, en su cumpleaños ochenta. ‘Mujer imponente’, la describía Gonzalo con un poco de sorpresa.
– La tercera (en dos hojas), a su querida María -novia de sueños truncados-, cuando nació su hijo. Amoroso abrazo de esa alegría que sintió por la felicidad de esa mujer que formó parte de su vida tampiqueña.
– La cuarta, para Marta, joven cubana de los años 70. Ignoro si recibió la carta con esa promesa incumplida.
– La última: dárdapo. No necesita mayor explicación.
Marcela Martínez says
Increíbles cartas, mostrando simplemente la sensibilidad que mi primo tenía ante la gente, la familia y la misma vida. Goce mucho imaginármelo escribiéndolas.